Mensajes de diversas orígenes
miércoles, 1 de enero de 2025
Ponme Siempre En Primer Lugar En La Vida...
Mensaje de Nuestro Señor y Dios Jesucristo a la Hermana Beghe en Bélgica el 28 de diciembre de 2024
Mis queridos hijos,
Sed buenos, sed fuertes en la virtud de la fortaleza, sed bondadosos como Yo lo he sido y como lo seré siempre. Os amo, os aprecio y sois Míos. Que la gracia de Dios esté con vosotros, hoy, mañana y siempre.
La gracia de Dios es Su bendición, Su Fuerza, Su Amor, y todas las gracias que Dios dispensa a los Suyos deben ser recibidas con respeto, con aplicación y con docilidad. ¿Sabes lo que es la docilidad? Creéis que lo sabéis, pero ¿cuántos de vosotros sois verdaderamente dóciles cuando se trata de la Voluntad divina?
Dios quiere que seáis puros, Dios quiere que seáis castos, Dios quiere que seáis obedientes a Sus leyes, a Sus Diez Mandamientos, pero ¿cuántos de vosotros lo sois? Si lo fuerais, seríais santos, pero ¿cuántos de vosotros os llamáis santos? Nadie, sí, realmente nadie, porque en la tierra estáis en camino hacia la santidad y aún no habéis llegado a vuestro destino. El camino es difícil para las almas que están en él, Yo lo sé, por eso derramo Mis gracias sobre vosotros y derramaré aún más sobre vosotros si Me lo pedís.
Pídeme Mis gracias, estoy dispuesto a darte muchas si Me lo pides. Sí, no lo dudes, pide, reza para recibirlas y Yo te escucharé y te las concederé.
Cuando la tierra esté agitada, es decir, cuando estalle la guerra en el globo, dondequiera que estéis y vuestra seguridad sea incierta, debéis rezar por este tiempo de desestabilización. Preparaos mediante la oración, para que, cuando llegue el momento, estéis preparados, con vuestra alma segura y vuestra paz interior cierta. No tendréis miedo, estaréis atentos a vuestros hermanos y hermanas de la Tierra y les daréis ejemplo de comportamiento caritativo y fraterno.
Estaré con vosotros porque Me habréis rezado y estaréis dispuestos a cumplir la tarea que os confiaré, la de seguir Mi ejemplo, la de ser Mis discípulos que, como Mis apóstoles y discípulos después de Mi Ascensión y del descenso del Espíritu Santo sobre ellos, no tuvieron miedo de dispersarse por el mundo para evangelizar a las naciones, cada uno a su manera y según lo que Mi Espíritu Santo les diera a realizar.
Así es como os quiero a vosotros, Mis queridos hijos y discípulos, dispuestos a darme a conocer en un mundo que se ha vuelto incrédulo, que se ha perjurado, que ha llegado a despreciar Mi Ley. Serán Mis representantes tanto como Mis fieles sacerdotes y permanecerán agrupados a su alrededor para ayudarles en cualquier necesidad.
Hijos míos, hoy vengo a vosotros para pediros esa fidelidad, ese ardor, esa confianza que Dios da a todos los que Le rezan. Dentro de unos días, en pocos días, entraréis en un nuevo año; muchos de vosotros cerraréis el que termina con el canto público del Te Deum en vuestra parroquia y abriréis el nuevo año al día siguiente con el canto del Veni Creator. El Te Deum es un canto de agradecimiento por todos los bienes recibidos de Dios, mientras que el Veni Creator pide al Espíritu Santo su presencia y sus siete dones para vivir como un buen y ferviente cristiano. Yo te escucharé y te los concederé si Me eres fiel y Me pones siempre en primer lugar en tu vida.
Que la paz, Mi paz, esté contigo hoy y todos los días de tu vida. Yo te bendigo y permanezco contigo en todo momento y en toda circunstancia. Estad convencidos de esto, estad seguros de esto, confortaos con esto. Estoy contigo como prometí a Mi Iglesia naciente y tú formas parte de ella. Mis promesas, por tanto, os conciernen, estad seguros de ello: «Las puertas del infierno no prevalecerán contra ella» (Mt 16,18). En Mí seréis fuertes, en Mí no estaréis abatidos, os lo prometo y Yo, Dios, ¡no hago falsas promesas!
Hijos míos, estáis avisados, creed en Mí y Yo creeré en vosotros, os acompañaré en vuestras obras de Misericordia, os ayudaré y no estaréis solos, Dios os bendice y os ama. Él cuenta contigo, Él te necesitará, Él te necesita, no le defraudes.
Te bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Que así sea.
Tu Señor y tu Dios.
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